No es normal vernos correr por esas tierras levantinas, pero aprovechando nuestro descanso veraniego no podíamos dejar pasar esa oportunidad.
Así que como teníamos previsto el día cuatro nos presentamos en la localidad valenciana de Miramar, donde recorreríamos diez mil metros por sus calles (algo menos, porque para mí el último kilómetro estaba escaso, cosa que agradecí); después de realizar las inscripciones nos dispusimos a disfrutar del fenomenal ambiente deportivo, ya que antes de nuestra salida, que se daría a las 19:30 horas, se disfrutaban las carreras de las categorías inferiores (siempre es un placer ver correr a los más pequeños).
Ya llegada nuestra hora, Sonia y yo, nos situamos en la línea de salida, donde después del pistoletazo cada uno hizo su carrera y llevo como pudo su particular suplicio; un calor asfixiante, un sol abrasador y una humedad que pa que, la convirtieron en un calvario; Sonia extenuada abandonó entre el kilómetro tres y cuatro; mientras que yo, más curtido en otras batallas, no veía la hora de cruzar la línea de meta; lo dicho un verdadero calvario.Ahora ya de vuelta a programar y preparar las próximas carreras.
Así que como teníamos previsto el día cuatro nos presentamos en la localidad valenciana de Miramar, donde recorreríamos diez mil metros por sus calles (algo menos, porque para mí el último kilómetro estaba escaso, cosa que agradecí); después de realizar las inscripciones nos dispusimos a disfrutar del fenomenal ambiente deportivo, ya que antes de nuestra salida, que se daría a las 19:30 horas, se disfrutaban las carreras de las categorías inferiores (siempre es un placer ver correr a los más pequeños).
Ya llegada nuestra hora, Sonia y yo, nos situamos en la línea de salida, donde después del pistoletazo cada uno hizo su carrera y llevo como pudo su particular suplicio; un calor asfixiante, un sol abrasador y una humedad que pa que, la convirtieron en un calvario; Sonia extenuada abandonó entre el kilómetro tres y cuatro; mientras que yo, más curtido en otras batallas, no veía la hora de cruzar la línea de meta; lo dicho un verdadero calvario.Ahora ya de vuelta a programar y preparar las próximas carreras.
3 comentarios:
Hola Saturnino, si es que el cerebro está de vacaciones, lo mejor ver el ambiente de carreras populares en tu lugar de descanso...
Un saludo
Quique
Hola Saturnino
A través de Carlitros he conocido tu blog, el cual añado al mío, como seguidor.
Ya veo que aunque de León andas por mi tierra valenciana. Yo soy de Valencia pero ahora vivo en Cartagena ¡vaya baile geográfico!
Volviendo a la carrera de Miramar lo pasaríais mal por el calor al no estar acostumbrados.
Al menos veréis el ambientazo que hay por las carreras de Valencia.
Saludos
Ramón
Quique: aunque la cabeza este de vacaciones hay que darle un poquito de placer al cuerpo, y disfrutar siempre del ambiente que generan las carreras.
Trapatroles: Bienvenido a esta tu casa; la verdad que a pesar de salir a ritmo tranquilo porque ya había corrido por esos lares y sabía a lo que me enfrentaba me costo muchísimo terminar la carrera. El ambiente genial.
Un abrazo.
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