UN INFIERNO

lunes, 10 de mayo de 2010




Ibamos con el sano propósito de hacer una bonita excursión por el Bierzo y disfrutar del paisaje, pero... no pudo ser.


Las previsiones metereológicas no eran propicias, pero los prolegómenos de la carrera se presentaban prometedores, incluso salió el sol y la temperatura era agradable. Nos preparamos convenientemente para la ocasión con nuetras mejores galas y la bicicleta bien limpia y engrasada.


La salida fue espectacular, había muchísimas bicicletas, cruzamos toda la ciudad en salida neutralizada y había mucho público. Fue muy bonito, aunque un poco engorroso con muchos parones.


Hasta el km. 40 todo fue normal, con las consabidas molestias originadas por ser muchos participantes que nos amontonabamos cuando llegaban las cuestas duras y por alguna aparición esporádica y leve de la lluvia.


Pero a partir de ese Km. 40 todo cambió radicalmente. APARECIÓ LA LLUVIA en la subida al alto de Orellán (inmediaciones de Las Médulas) y ya no nos abandonó hasta el final. Con la lluvia también apareción el frío y los calambres y contracturas musculares. En mi vida he pasado tanto frío. Lo pasamos muy mal hasta llegar Puente de Domingo Florez donde se encontraba el control donde teníamos una mochila con ropa de abrigo.


Debeis tener en cuenta que en una bicicleta no solo te mojas por arriba, sino que también te mojas por abajo y, solo generas calor cuando subes, porque cuando bajas solo te enfrías.


En El Puente de Domingo Florez nos duchamos con agua caliente y nos abrigamos, resucitamos y nos sentimo capaces de acabar la carrera, pero habíamos perdido mucho tiempo y era muy tarde para los 40 km. que nos quedaban. A 10 km. del final se nos hizo de noche y no llevabamos luz. A estas alturas ya estabamos de nuevo empapados, pero como estabamos más abrigados no nos afectaba tanto el frío. Tratamos de acoplarno con alguno que llevara luz, pero la gente es muy insolidaria y parece que les molestas si tratas de subsistir con su luz. En todo este panorama llegó una cuesta situada poco antes de llegar a Toral de Merayo, a unos 5 km. de Ponferrada, la cuesta no era muy dura pero al poco de comenzar a subirla ya vimos que la bicicleta no abanzaba. Hay que verlo para creerlo, aquella cuesta era solo barro, habíamos pasado por ella por la mañana y ya estaba mal, pero después de haber pasado por ella dos veces la marabunta y con el agua caída, se había amasado un barro que se pegaba a las ruedas de tal forma que no podías abanzar más de un metro sin verte obligado a limpiar la bicicleta. No llevaba reloj pero calculo que estuvimos allí más de una hora. Aquella cuesta se cobró todas las pocas energías que nos quedaban. Aquel barro parecía que se había empeñado en que nos quedaramos allí pegados y atrapados para siempre. Cuando llegamos arriba, completamente extenuados, nos rescató un todoterreno de la organización. Para que os hagais una idea del tema, a media cuesta nos encontramos un montón de bicicletas que las habían dejado otros que pasaron antes y se fueron andando ante la imposibilidad de seguir.


El recorrido es entre duro y muy duro, solo hay cuestas, unas las subes y otras las bajas, algunas son muy largas, y así 101 km. La verdad es que para esto iba preparado, pero lo que realmente ha hecho la carrera muy, muy dura, ha sido el agua y el frío. No es lo mismo rodar sobre un suelo duro y con una temperatura adecuada, que hacerlo sobre barro y agua de forma permanente y chorreando agua por todas partes.


La organización muy mal, no pudimos comer algo sólido hasta media carrera, en el primer abituallamiento que lo habían anunciado (km. 32) ya no había barritas, y el primer sitio donde pudimos comer algo decente fue el el Km. 60 y a las 6 de la tarde. Muchos problemas para quienes quisieron retirarse, no había la mínima infraestructura necesaria para una carrera con tantos participantes. La gente muy cabreada. La cuesta donde nos quedamos atrapados fue cerrada al paso inmediatamente despues de entrar nostros en ella (no lo sabíamos) y cambiaron el recorrido de esos últimos kilómetros, pero a nosotros tardaron un montón de tiempo en recatarnos, pero sabían perfectamente como estaba aquel tramo toda la tarde. Nunca debieron dejar que nos metieramos allí, y menos de noche.


Al final llegamos a la meta hacia la una de la madrugada. El estado en que llegamos prefiero que os lo imagineis porque yo necesitaría un buen párrafo para describoroslo, solo os diré que en estos momentos te das cuenta de que el cuerpo humano esta preparado para soportar un grado de sufrimiento muy superior al que podamos pensar.


Una vez pasado por este infierno y, tras la correspondiente ducha de agua caliente, parece que el ánimo volvió a nuestras maltrechas mentes y pudimos valorar que habíamos tenido mucha suerte por terminar la prueba sin lesiones, caídas, accidentes o averías, y máxime teniendo en cuenta los lugares por donde habíamos estado de "excursión". En varias ocasiones me acordé de Abe y de "los irreductibles leoneses".


Siento mucho que la crónica sea tan extensa pero he tratado de ser lo más escueto posible, podría escribir tanto sobre este día ......

8 comentarios:

SONIA dijo...

Madre mía... pues sí que fue un infierno!!! De verdad, mi más sincera enhorabuena por haber sido capaces de acabar semejante carrera. Lo de "irreductibles" no es ninguna broma, eh? Jsjsjs

Un abrazo compañeros!!

Mauri dijo...

Me acordaba yo de vosotros viniendo el sábado de Asturias tal como estaba lloviendo. Me imagino ess prueba con otra meteorología...
Otra odisea para la buchaca.

¡Enhorabuea "irreductibles"!

Quique dijo...

Pedazo de aventura ciclista Amador....ahora a descansar que os lo habeis ganado.

Un saludo
Quique

Beatriz dijo...

Enhorabuena por ser capaces de soportar semejantes condiciones. ¡¡Qué lástima que la organización del evento no estuviera a la altura de sus participantes!!
Un fuerte abrazo.

Ángel dijo...

Enhorabuena por el reto conseguido, y por haber tenido el coraje de terminar con esas condiciones meteorológicas. Voy a terminar creyendo que tomáis todos alguna pócima secreta, como Satur.

Abrazos y saludos.

Saturnino dijo...

Ahora, ya seguro recuperados veréis las cosas de otra manera, y seréis más conscientes del reto conseguido, sin duda grande y mucho más cuando todo se pone adverso.
Durante la tarde del sábado mi mente volo en más de una ocasión hacía esos parajes, porque si no huviese sido por el acontecimiento familiar que me alejo de León, habría participado en la modalidad de caminantes; veremos si en la próxima edición, aunque visto el tema de organización me lo pensaré un poco.
Un saludo.

helsinki dijo...

Yo hice la prueba corriendo-caminando y corroboro tu crónica en todos sus aspectos, corregidos y aumentados. El barro era una trampa también para los corredores, especialmente de noche, y la mala señalización pudo ser una tragedia para más de uno. Al final acabé en 16 horas 48, y en unos días todo quedará en una mera anecdota. Enhorabuena por acabar y a ver si nos conocemos en alguna prueba.

Lorenzo dijo...

Despues de lo visto, de buena me libre. Ahora ya recuperados, pensaremos en la proxima.
Un saludo a Miguel a ver si se recupera y Amador miedo me da, porque como le de por el Duathlon ya me veo engrasando la bici.